domingo, noviembre 14, 2010

15 DE NOVIEMBRE DEL 2008


15.11.2010
Día lunes, día de quincena, día que aún no ocurre. Día para ejercitar la memoria, para recordar.




15.11.2008
Día sábado, día de convención de anime, día para salir con él. Día en que ocurre algo impresionante: hablamos mucho, disfrutamos la música, cenamos y yo con ganas de quedarme a su lado, de no irme nunca. La primera vez que imaginé que decía “Te amo” y me espanté a mi misma con ese pensamiento. Ese día fui a la cama con esa tonta sonrisa que sólo Jota sabe dibujar.

Ps: esa tonta sonrisa que aún sigue dibujando, fuera de la ficción, en lo real.

Te soñe




“Se les informa a
todos los amigos virtuales y no virtuales de la dueña de este my space,
conocida como “Alegremente triste”, que dicha señorita ha terminado de perder
el juicio el día 13 de noviembre del año que va, a las 6pm”

“¿Qué número sigue?...23”

“Desesperado estuve a punto de caer
Y apareciste un día
Llegando hasta mi vida
Y te soñé...”
 Te soñé, Alek Syntek

Me gusta hacer ejercicios de imaginación - ejercicios que en su mayoría resultan dolorosos- evocando el pasado, cambiándolo, modificándolo. Soy el tipo de persona que vive de remembranzas y, como Odiseo, odiaría comerme una flor de loto, aunque sé que muchas veces he deseado hacerlo. La memoria duele pero es lo que te ata a ti, a esa esencia tuya, íntimamente tuya, que forman los recuerdos. La memoria es poesía.


Hoy escuché una canción que me quiebra, como muchas de esas que odio admitir que me encantan. Fue el perfecto soundtrack para un día lluvioso. Recordé mi (pre)adolescencia y las ganas de querer juntar las palabras de esa canción con una mirada, recordé la sensación forzada de querer que esa analogía funcionara. Hoy reconocí los ojos que pertenecen a esa canción.


“Te soñé… estaba despierto y te soñé”


Nada mejor que esa frase describe muchos de mis amaneceres en los últimos dos años. Nadie más que esa persona me ha hecho sentir infinitamente viva, increíblemente amada (sin ningún tipo de obligaciones consanguíneas, sólo porque soy yo, just me).
Algo profundamente emocional, latente, torrencial, me cubre desde la piel hasta las paredes del corazón. El toque de un ángel caído, la caricia ardiente de quien lleva astros en los ojos, los (a)brazos marmóleos pero infinitamente cálidos.
Alguien… Alguien con nombre, apellido, características, manías, con un corazón maravilloso.
Alguien… que me roba el aliento.


Esto, lo indefinido, lo que mis palabras no saben decir.