martes, octubre 22, 2013

Sobre la exposición Ciudad Universitaria “Síntesis de las Artes Mayores”

A Adriana Silva, por las oportunidades

El pasado 17 de octubre se inauguró la exposición Ciudad Universitaria “Síntesis de las artes mayores” en la sede de la Fundación BBVA Banco Provincial, ubicada en La Castellana.
Esta exposición surge con la idea de celebrar las seis décadas que se cumplen este año desde que el arquitecto Carlos Raúl Villanueva propuso la creación de una ciudad universitaria, y, aunado a esto, también se cumplen 60 años desde que el BBVA Provincial se encuentra en el país. La muestra convoca a 26 creadores, nacionales e internacionales, que se unieron para transformar los edificios de un proyecto que mezcla de manera dinámica arquitectura, arte y naturaleza.

En “Síntesis de las Artes Mayores” podemos reconocer la importancia de la década de los 50 para las artes plásticas en nuestro país, así como la necesidad de crear un lugar ideal para la formación de nuestros ciudadanos. El concepto, propuesto por la curadora Mariela Provenzali, busca generar un contraste entre el trabajo que realizan los artistas en la privacidad de sus talleres y los trabajos encomendados por el maestro Villanueva. Por ejemplo, observamos en Carlos González Bogen el paso de lo abstracto- geométrico  en sus murales al arte figurativo en su obra Las Tres Gracias, un precioso cuadro de óleo sobre madera. No obstante, podemos reconocer en los trabajos de estos artistas las semejanzas en formas y colores, comprendiendo que el resultado de los trabajos solicitados no se aleja en lo absoluto de sus formas de hacer y pensar el arte.

Para quienes habitamos la UCV la exposición se convierte en una manera de reconocer –volver a conocer– el espacio que moramos; desde la entrada principal del edificio somos bombardeados por la nostalgia al ser recibidos por las Nubes de Calder, como queriendo recordar a quienes han estado debajo de ellas (o a quienes soñamos con realmente estarlo) que en la Universidad Central de Venezuela se extiende otro firmamento.

Cabe señalar que la exposición muestra nuevamente la universalidad de nuestra UCV, siendo una polis abierta a todos, permitiendo que transiten en ella desde la comunidad universitaria (estudiantes, profesores, personal administrativo y obrero, padres y representantes) hasta quienes solo quieren un libro o un disco inconseguible en el Pasillo de Ingeniería, o aqullos que simplemente desean comerse una rica torta de chocolate en el cafetín de Arquitectura.

Nuestra Ciudad Universitaria (sí, nuestra) se transforma en un segundo hogar para quienes la conocen y deciden –luchan a diestra o siniestra para– quedarse en ella, es esa casa que vence las sombras, ese espacio que en muchos casos es donde suceden las primeras veces (primer examen raspado, primera fiesta de Ciencias, primer encuentro, primer beso y hasta primera borrachera) y que se queda tatuado en nuestra memoria estemos donde estemos. Como en el Pastor de Nubes, también en nosotros se reflejan su suelo y cielo.

 “Síntesis de las Artes Mayores” busca despertar la conciencia de quienes estuvieron, están o estarán en la ciudad universitaria (nos recuerda lo imposible que es desprenderse de ella), busca despertar el diálogo entre nosotros –espectadores y protagonistas– y el espacio que estamos acostumbrados a recorrer, haciéndonos ver y conocer la belleza de lo que nos rodea.





Lugar: Sede de la Fundación BBVA, Avenida Principal La Castellana, cruce con calle El Bosque, Edificio Provincial, Piso 3. Caracas. 
(Referencia: Estación Altamira, Plaza La Castellana, subiendo dos cuadras, pasando por la torre La Castellana)

Horario: Lunes a viernes 10:00 a.m. a 3:30 p.m.
                  Domingos: 11:00 a.m. a 3:00 p.m.


ENTRADA GRATUITA.

domingo, septiembre 22, 2013

Sucederás, lo sé




Sucederás, lo sé.
La sentencia se me disuelve en la boca,
deja un sabor amargo en mi garganta.
Te hundirás entre su mano y la mía,
dibujarás una delgada línea entre
el presente y el resto de mi vida.
Dolerás hasta en el más tonto recuerdo.
Sabrás enlentecer el tiempo.
Regresaré del vértigo imaginando la pérdida.
El nudo en la garganta se deshará en llanto.
Sucederás, lo sé
y yo pelearé,
con los dientes me defenderé,
cada vez,

hasta que dejes de pasar.

martes, septiembre 03, 2013

Septiembre


Llegas  septiembre,
demórate al pasar.
Alcanzaré las nubes. 

Foto tomada de: http://patrimoniocuc.wordpress.com/2010/05/04/nubesalexander-calder/

lunes, septiembre 02, 2013

Sobre "Bolívar, el hombre de las dificultades"

Ir al cine se ha vuelto una actividad cara, no obstante, se hace lo que se puede para vivir un par de vidas en una semana (libros, tv, cine, teatro). Hace poco fui a uno de mis cines favoritos –la ausencia de multitudes es lo que me agrada– a apoyar el cine nacional, es decir, vi “Bolívar, el hombre de las dificultades”. En principio no estaba muy convencida con la idea de pagar por ver a Roque Valero actuar, sin embargo, negarme a la posibilidad de conocer otra versión de Bolívar iría contra mi curiosidad (una aferrada manía).

Así que aquí estoy, entrando a ver una película que seguramente saldré criticando porque le tengo ojeriza al actor protagonista y porque sé de sus vicios antes de conocerla. (SPOILER

Foto de: Ola Bolivariana, AVN, Villa del Cine

Primera sorpresa: la película se basa en un solo año de la vida del Libertador (¡Bien!). Segunda sorpresa: Bolívar pretende volarse los sesos (¡Bravo!). Tercera sorpresa: Bolívar es sólo hombre de discurso y él lo sabe (sí, para mí es una sorpresa que se acepte). Cuarta: ver a Juvel Vielma y Daniel Rodriguez Cegarra actuando juntos por tercera vez (recordé “Siempre nada” en el Rajatabla). Claro está, no todo fue genial y maravilloso, es una película con un guión algo redondo (se agradece) pero que abusa de planos novelescos (sentía que en algún momento iba a ver las marcas donde se paran los artistas), situaciones que pudieron trabajarse mejor (el asunto con la hermana, por ejemplo) y algunas emociones fingidas (es una lástima teniendo a actores como Vielma o Alifa).

Reconozco en el “hombre de las dificultades” aspectos importantes como el manejo del discurso del personaje principal, personajes bien construidos (excepto el polaco), algunos toques de humor –siempre que no estuviesen en desacorde con la época– y uno que otro escenario que podría aplaudirse. Sin embargo, la película está contagiada por los vicios bolivarianos: Bolívar es un santo que sacrificó todo para liberarnos (gracias por eso, Guzmán Blanco); la muerte y las conspiraciones acechan al General y él es incapaz de fallar un tiro porque es Súper Simón Bolívar, que lo resuelve todo a través del diálogo y la batalla. (Ajá)

Me agrada la idea de rescatar ligeramente la megalomanía de Simoncito, su gusto por las mujeres (debo reconocer que no sabía de Pepita Machado), su capacidad de labia y su creencia por “la igualdad” (recordé los encartes de Últimas Noticias que traían la correspondencia entre Robinson y Bolívar). No me terminó de convencer la actuación de Valero –algo falta, no sé qué es– y considero que las escenas de acción pudieron ser menos deplorables (parecían estar jugando a las espaditas, les sale maratón de Piratas del Caribe).  En fin, no es una película excelente, no sé si realmente respeta o no los hechos históricos (me considero una ignorante en el tema) pero al menos muestra una faceta más humana (su pobreza, locura, ego, labia) de aquel mito que nos venden desde la escuela. ¿Qué se pudo ahondar más en ese hombre que vimos levemente? ¡Pues claro! A mí me gustaría saber más del que se quiso suicidar, del que echaron sin sus cosas del país “que libertó”, del que huyó, pero bien sabemos que eso es imposible, nadie querrá desmontar el mito y si lo hace, en este país no podremos verlo.


sábado, junio 15, 2013

Fragmento: Palabras

Me alimentas de palabras, de gestos y miradas, de libros ¡Me has dado tanto! Yo te he dado mucho y te he dicho mucho y entonces me quedo sin palabras, enmudezco y se me engarrotan las manos. Los bolsillos vacíos y otra vez el no sé qué que quiero decirte…Que te amo, chico, que eres todo para mí y que el sonido de tu risa podría ser mi despertador pero entonces dormiría porque me querría unir pronto al coro de risas, porque duermo demasiado y hago poco.

Palabras que ya no salen porque se sienten desgastadas, porque otros lo han dicho mejor y más bonito, porque lloro cuando las digo o las escribo en un vagón de metro y me da vergüenza, así como me da vergüenza comprarte flores porque las flores son efímeras y yo no quiero que lo nuestro sea efímero, además a las chicas les van mejor las flores, y ¿sabes? quiero abolir el tiempo, que todos los días especiales de cada mes sean el primer mes y que nos falte todo por recorrer , que nuestros cuerpos se reconozcan en cada encuentro y que se sienta el nerviosismo de perder el pudor porque eso pasa, eso todavía pasa.

Mis palabras, chamito, suenan repetitivas: el “para siempre”, el “morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres”, el “nunca dejaré de amarte”, el “te necesito”, entonces siento que no tengo más nada pana, que no se me ocurre nada y que no tengo plata, que los platos me salen mal y que ya no sé cómo sorprenderte y a veces todo suena a crisis y me dan ganas de llorar.

Son estas cosas, estas palabras, que me torturan y me enorgullecen (a veces, solo a veces), son las promesas que me da miedo no cumplir, son los nombres que se quedan chiquitos cuando tu estás, esas cosas que por tu presencia brillan y en tu ausencia se apagan… Son estas cosas que a uno lo enloquecen y ya ves, terminas vomitando todo de sopetón, que si el miedo, la crisis, la locura…todo a ver si logramos entender que es contigo, que es por ti y por mí que no se renuncia, que hay llanto y drama y vida y alegría y un montón de cosas por las que vale la pena no escaparse, que hay ciudades que gritaran nuestros nombres en días de lluvia porque las tendremos en la piel, que a veces está bien querer ser Massianni…




o pretender ser  Kandinsky trabajando con paint.

viernes, mayo 10, 2013

Hibana



Me enloquecen tus movimientos,
quiero abrasarme a tu ritmo.
Entre círculos sin tiempo te persigo.
Busco tu sombra in fraganti,
quiero tocarte.
El fuego de tus vueltas quema mis sentidos.
Te alejas.
Cazo tu aliento en halos de luz.
Me alienas.
Te conviertes en obsesión nocturna,
en sueño desesperado.
Fascinas.


viernes, abril 19, 2013

Escribo para no enloquecer


Escribo para no enloquecer.
Mis ojos observan el escenario en busca de un acierto.
Tenso la cuerda con la que amarro mi grito
para que éste sepa que debe ahogarse,
para que entienda que así se siente hoy
                                                 el pacifismo.

Escribo para no enloquecer,
para darle a mi arrechera otros adjetivos
a ver si así disminuye;
la llamo impotencia, frustración, molestia,
no quiero denominarla “odio”
porque eso nos separa a uno de los otros.

Quiero que mi arrechera haga algo,
Quiero que  suene, que retumbe,
quiero que sea el rugido ensordecedor
                         de los desatendidos.
Que haga caer un gobierno.

Mi arrechera quiere dejar de ser un número,
una estadística virtual,
un tweet o un estado en Facebook.
Quiere ser el impulso visceral que abre los ojos,
que abre la puerta a la alegría y el dolor,
que todo entre y todo salga
porque aquí hay igualdad y pluralidad.

Escribo para no enloquecer
pero
¿cómo hace uno para organizar
esto que bulle desde dentro?

sábado, abril 13, 2013

Esto no es una carta de amor


Escribo cartas de amor desde que tengo memoria: a un ídolo infantil, a mi amor platónico, a mi perro, a mi madre, a mis amigos, a ti.

Escribo cartas de amor –ahora mails, mensajitos de texto, entradas en un blog, estados y notas de facebook- porque no concibo un mundo donde intentar definir, cercar, expresar un sentimiento no sea posible. La palabra es memoria y libertad.

Vuelvo a este blog con lo que se supone será una carta de amor o una de regreso o una de despedida. Uno nunca sabe muy bien donde van a terminar las cartas de amor o las palabras que la forman. Escribo, insisto, por un no sé qué que uno lleva dentro y que me hace regresar a este espacio para demostrar que hay promesas que sí se cumplen. Cosas de caballeros, dicen.
Dejé de publicar hace dos años por miedo, por la falsa creencia de no lectores, por excusas tontas como el tiempo. Cronos, invención del hombre, nos fastidia continuamente.  Y hoy regreso con la intención de escribir una carta de amor.

Quiero decir en una frase todo lo que sucede cuando me miras, todo lo que se rompe cuando imagino tu ausencia pero no puedo. Una vez, hablando de Rilke en una clase, la profesora María Fernanda dijo –voy a parafrasear-  “No escriban poemas de amor si no pueden convertir al sujeto amoroso en la Beatriz de Dante: todas las mujeres que amamos son nuestra Beatrice”,  dijo  -o eso entendí- que no podíamos escribir poemas de amor si no convertíamos nuestro poema en algo universal, capaz de conmover incluso a los que no se enamoran (o eso dicen ellos).

Llevo más de cuatro años escribiendo poemas de amor y, hace un tiempo, empezó a perseguirme la idea de que mis poemas no representaban  el amor (universal, indiscreto, doloroso y real), sólo representaba lo que nos inmiscuía a nosotros, lo que corresponde a dos amantes, como diría el Sr. Montejo. Quizás por eso decirte que me duele el alma cuando te imagino lejos o que tiemblo cuando me abrazas sea algo imposible de escribir. No recomendaría a nadie que dejase de escribir poemas de amor pero sí le diría: guárdatelos un rato, deja que la emoción pase y léelos otra vez. Yo jamás publicaría poemas de amor que escribí hace 10 años.

Escribir, cuando realmente es un oficio del que se tiene conciencia, es algo complicadamente difícil (por no decir “escoñetadamente”, palabra que hiere un poco nuestro idioma). Escribir cartas de amor debe ser aún más complejo, así como escribir poemas de amor, quizás por ello haya decido abandonar este espacio. Mis versos, o lo que ellos quisieran ser, no llegan jamás a la marea de emociones que surgen cuando leemos “Toda mujer que amamos se vuelve Manoa/ sin darnos cuenta.”  del gran Montejo o “Estar contigo o no estar contigo,/es la medida de mi tiempo” de Borges. Hay demasiados poemas que podría dedicarte, cada vez que hallo uno siento que redescubro el mundo, lo mismo pasa con las canciones, con los fragmentos. Creo que aún no encuentro fotografías de otros que pudiera dedicarte, quizás amo demasiado la palabra.

En fin, quería escribir una carta de amor, algo que dijese  “Those three words/ Are said too much/ They're not enough” o que mi vida empezó justo cuando te acercaste y no me saludaste, todas esas cosas melodramáticas que cualquier buen escritor destetaría y cualquier físico contraargumentaría. Así que solo digo: acá está mi blog y volveré a escribir en él, no sé si poemas de amor o poemas que intenten ser, pero escribiré porque "la poesía es la última religión que nos queda".