Me alimentas de palabras, de gestos y miradas, de libros ¡Me has dado
tanto! Yo te he dado mucho y te he dicho mucho y entonces me quedo sin
palabras, enmudezco y se me engarrotan las manos. Los bolsillos vacíos y otra
vez el no sé qué que quiero decirte…Que te amo, chico, que eres todo para mí y
que el sonido de tu risa podría ser mi despertador pero entonces dormiría porque
me querría unir pronto al coro de risas, porque duermo demasiado y hago poco.
Palabras que ya no salen porque se sienten desgastadas, porque otros lo han
dicho mejor y más bonito, porque lloro cuando las digo o las escribo en un vagón
de metro y me da vergüenza, así como me da vergüenza comprarte flores porque
las flores son efímeras y yo no quiero que lo nuestro sea efímero, además a las
chicas les van mejor las flores, y ¿sabes? quiero abolir el tiempo, que todos
los días especiales de cada mes sean el primer mes y que nos falte todo por
recorrer , que nuestros cuerpos se reconozcan en cada encuentro y que se sienta
el nerviosismo de perder el pudor porque eso pasa, eso todavía pasa.
Mis palabras, chamito, suenan repetitivas: el “para siempre”, el “morirme
contigo si te matas y matarme contigo si te mueres”, el “nunca dejaré de amarte”,
el “te necesito”, entonces siento que no tengo más nada pana, que no se me
ocurre nada y que no tengo plata, que los platos me salen mal y que ya no sé cómo
sorprenderte y a veces todo suena a crisis y me dan ganas de llorar.
Son estas cosas, estas palabras, que me torturan y me enorgullecen (a
veces, solo a veces), son las promesas que me da miedo no cumplir, son los
nombres que se quedan chiquitos cuando tu estás, esas cosas que por tu
presencia brillan y en tu ausencia se apagan… Son estas cosas que a uno lo
enloquecen y ya ves, terminas vomitando todo de sopetón, que si el miedo, la
crisis, la locura…todo a ver si logramos entender que es contigo, que es por ti
y por mí que no se renuncia, que hay llanto y drama y vida y alegría y un montón
de cosas por las que vale la pena no escaparse, que hay ciudades que gritaran nuestros
nombres en días de lluvia porque las tendremos en la piel, que a veces está
bien querer ser Massianni…
o pretender ser Kandinsky trabajando
con paint.
No sabes cuanto me das todos los días; no sabes lo poco que me importa si llegas con o sin regalos.
ResponderEliminarNos amamos, eso es lo único que importa; eso y tener una vida juntos.
<3