mis manos no sirven para crear,
torpemente escribo,
tratando de exprimir significados,
tratando de encontrar el verbo de la
inmortalidad
Conjugo amar,
negándome al pretérito
deslizando mis manos por el vocablo
como si fuera un cuerpo,
tu cuerpo.
Mi lengua saborea su gerundio,
estar en esa condición
- siempre amando,
- siempre amando,
es como debería ser la vida
Contigo
puedo saltar del imperfecto al futuro,
jugando con el condicional.
El verbo se hace carne en el instante de la existencia,
en el abrazo infinito que el tiempo puede
medir,
pero que la memoria hará eterno.