Octubre, 13

El tiempo arrastra: días, meses, años y Memorias

Los recuerdos son el sustrato de alegría para un día rutinario

                        O simplemente distinto a lo acostumbrado.

Pero el mar no cesa de sonar, se bate en la superficie

y en lo hondo esconde una gran tranquilidad.

Yo soy la ola que se revuelve en sí misma

y tú eres la calma al anochecer…

He crecido, sé que lo he hecho,

A tu lado ese crecimiento no despierta miedo:

Cuando estas enamorado te vuelves absurdamente infantil

y fieramente pasional –como el mar-

He dejado mis sentidos pegados a los tuyos,

Fragmentos de mi alma se han quedado sujetos a tus ropas,

han quedado en tu piel

Lágrimas sorbidas por tus labios,

sonrisas dibujadas por tus gestos.

Eres la lluvia que alimenta mi mar

(sutilmente lo desborda)

Me contienes –tienes, llevas dentro-, me complementas

Contigo                      me descompongo

                                   me repongo

                                   duermo y sueño

Contigo                      Regreso al abismo y  observo:

Miro hacia abajo y hacia el cielo

Alzo mis sueños,

Mis sueños                  Contigo

                                   Y levanto Vuelo

He dejado mi corazón habitando en tu pecho

Cada amanecer mis células nacen con ganas de morir y renacer a tu lado.                                     

Instinto -Instante

Quiero reconocerte con todos mis sentidos:

Embriagarme con el olor de tu piel,

perderme en aromas que sólo tu esencia emana.

Observar tu cuerpo dormido e irlo encendiendo con la mirada,

buscar, escudriñar, sin querer conseguir nada

 sólo por el placer de la exploración,

Desvelar marcas que me enloquezcan.

Tocarlas, con mis dedos, con mis otros sentidos,

con mi alma.

Dejar mis huellas sobre tus huellas y suspender el tiempo,

beber un trago de eternidad  contigo.

Percibirte sin verte, sentirte con cada capa de mi piel. 

Saborearte,

desde tus costumbres hasta tu perfume.

Mis labios y tu cuerpo,

mis dientes y tus labios

tus dientes y mi cuello.

Pecado, pecado, eres una delicia.

Oírte respirar, decir mi nombre, gemir

palabras que traspasan los límites del tiempo, del cuerpo, de Dios.

Experiencia religiosa.

Con pasión dionisíaca 

 y el amor propio de Eros 

(ese amor-pasión que puede ser castillo y dragón)

quiero encarnarte:

Sí, hacerme carne contigo,

Cuerpo, alma y espíritu.

Poseerte y desposeerme.

Behind

What you leave behind?

Lo terrible, lo sublime, lo que odio y amo

What you leave behind?

Los abrazos, las charlas, las peleas,

la certeza de que no serás comprendido

What you leave behind?

La sonrisa dulce al despertar,

la mirada pura y única que me hace sentir hermosa,

 increíblemente hermosa

I leave behind

Los sueños que no logré y los libros que no leí,

El sistema político asfixiante y todas las malas noticias,

también las pocas buenas.

El trago amargo de mis derrotas,

las gotas de mis triunfos

y la lluvia de emociones

I leave behind

La maldita costumbre

Los detalles pequeños que dejaron de realizarse

y que la mera ausencia hace sentir un final

Las cosas que dan fastidio,

El no voltearse mientras se aleja,

desprenderse mientras duerme

Y el terror se junta con el miedo,

haciendo brotar lágrimas,

Pulso acelerado que golpea en todo el cuerpo:

Insoportable y lacerante.

I leave myself behind

 y con ello todo lo que duele.

Borrador de un poema semi inconcluso

“hace un año exactamente publiqué un cuento dedicado a una amiga y ni siquiera me fijé que era mi cumple (eso debió ser para mi xD”

Eres doncella aunque el rapto ya te haya alcanzado,

tú nombre sigue sin cambiar, tampoco lo hacen tus rasgos.

Son casi 7300 lunas las que te han visto llorar y reír,

cada una de ellas llevándose tus secretos con cada amanecer,

ninguna ha sido la misma ni lo has sido tú

 al levantarte…con un nuevo sol

Hermosa doncella, harta de los mismos invariables 365 días,

Intentando ser perfecta sin dejar de ser tú misma,

¡Deja ya de intentar!

¡Celebremos las horas entre el día y la noche,

revivamos a Don Juan en su elegante corcel!

¡Volemos como Ícaro pero sin cometer sus errores,

Robemos el fuego a los dioses!

¡Metamos dentro de la caja de Pandora a un payaso!

Y a esparcir la alegría que se guarda en nuestros brazos

(los abrazos)

Pequeña Core sé que odias la cursilería

Y aunque seas Perséfone hoy te escribo estas líneas.

Dices no saber poesía pero haces retratos con tu lenguaje,

y siempre a un desocupado lector le llegan tus imágenes.

Te preocupas por notas, números, la quincena,

pero querida ‘esperanza’ ponte a leer Rayuela

e imagina, abre tus alas y vuela.

Sé que quizás este destino no era el que esperabas,

pero algún día estaremos tocando tanto el cielo como la tierra

y quizás descubramos la utilidad de nuestras palabras.

Podré ser ingenua y hasta idealista, pero pequeña y hermosa Core,

alguien debe serlo en esta vida.

                                                          

                                                         To Yuri, Apio verde to you

Lo siento, de verdad, lo siento

Como un fantasma danzas a mí alrededor,

melancolía enferma en una noche muerta.

Sueños desgastados de universos que no conozco

se cierran sobre mí

y me ahogo en llanto, desesperada por no soñar contigo.

¿Recuerdas aquella vez?

¿La calla vacía y la lluvia cayendo?

Paraíso  perdido… ¡por fin te encontré!

Y reía y amaba con la más pura inocencia

sumergida en tu mirada clara como el agua

Poco a poco, paso a paso, con nuestros cuerpos acompasados

Miles de mundos abriéndose frente a mis ojos

El sonido del piano tranquiliza...

de nuevo veo a la gente apilonada bajo el techo del café

y nosotros corriendo en la lluvia

dos niños enfermos de amor…

Me siento sola en una casa vacía
 donde las notas chocan contra el techo

Los recuerdos danzan, uno tras otro, se abren en el gran salón

“¿Dónde estás?” grito entre lágrimas

“Paraíso perdido ¿A dónde te has ido?”

El grito desgarrador de alguien que extraña

Y mis fantasmas aplauden por la inocencia que se ha ido

Noche fría,

Maldigo el regreso al mundo real,

había olvidado cuanto dolía.

Y quiero regresar a dónde estás tú,

sentirme a salvo de nuevo.

El día que entramos a la primera exposición

Sonrojados de tanto atención y con un tango de fondo

La vida y sus colores estallando en nuestros sentidos,

la tristeza se escondía tras las lagrimas en la almohada,

en tú pecho que dejaba húmedo de tanto llorar.

“Todo está bien, estoy contigo”, decías

Y estabas y yo estaba y nada importaba

¿Ahora qué?

Danzo a tú alrededor como un fantasma

Y desgarras los cuadros porque me he ido

Ya no más lluvia ni más café

La tristeza no sabe donde esconderse

Y las lágrimas ya no saben brotar

Y lo siento

La fiebre de la vida tiende a bajar

La enfermedad del amor a desaparecer

Piensas que es mi culpa y no me atrevo a negarlo

Lo siento, de verdad, lo siento.

La historia que no he escrito

En la historia que aún no he escrito existe una suicida: una chica que se enamoró de la idea de morir, mientras sus libros viven temporalmente en vidrieras de librerías, mientras sus palabras viven eternamente. En esa historia se desarrolla la tensión que se da entre la adolescencia perenne y la adultez sumergida, una chica que no quería crecer mientras el tiempo se la engullía. También hay conflictos familiares: la imposibilidad de perdonar el pasado y las cosas que se hacen o no se hacen a “su manera”. Allí están las palabras que ella nunca dijo, las que no escribió, las que dijo y no se escucharon, las que escribió y nadie leyó, las que escribió y viven en los recuerdos de algunos. 

En ese relato se encuentran las frustraciones académicas, el título certero y muchos días ‘inalcanzable’; el discurso profundo, el trivial, los halagos y las críticas. Se habla de los días en los que no había luz y las sombras en el techo; los encuentros con los amigos: el café –en su caso té- a media tarde, el alcohol improvisado que llegaba al anochecer, los viajes y las cenas pesadísimas cerca de la medianoche. Se expresa la rabia contenida porque siente falta de confianza por parte de los otros, porque odia tener que andar como un policía, interrogando, cuando ella habla hasta por los codos. Está la sensación de no saber llegarle a esa gente que tanto quiere porque ellos no se lo permiten, está la impotencia, la pérdida de poder. También es una historia de amor. 

La protagonista que desató pasiones y a través de la inocencia se ganó buenos corazones. La que se entregó con todo y sin reservas, gastando hasta la última célula por hacer sonreír. Aquella que con un detalle se sentía volando, que fue amada en cuerpo y alma y que ese hecho jamás lo vio venir. El primer, único y verdadero amor, su grandeza y todas las cosas que éste despierta: el maremoto de creatividad, la sensación de ser invencible, piernas que flaquean y la sonrisa divertida de quién ha hecho algo completamente placentero. Es la historia de una insegura y sus arranques, la paranoia, los celos, las ganas de salir corriendo porque no se es lo suficientemente buena. Y el supuesto final feliz. 

La historia que no he escrito habla de un principito –una princesita- tonto y asustado, que se deja tentar por la serpiente con la idea de llegar a un lugar en el que se sienta en casa. Es el cuento de alguien que le teme a la desmemoria y se siente condenado al olvido. Esa es la historia que no he escrito. 

Hace poco alguien me dijo que los suicidas no tienen perdón de Dios, yo le respondí que ellos simplemente dejaron de creer en él: un Dios que es vida y amor, no debería permitir que el sólo hecho de estar vivo duela tanto, perturbe tanto; que tú vida cueste un teléfono caro, 60bs.F que llevas en la cartera o una mirada “fea”. La historia que no he escrito es de una chica que vive, que tiene miedo de que un día la desesperanza y la desesperación le arrebaten la fe que tiene en la imaginación, en la locura, en la amistad y el amor.

STAY

Hoy quise que lloviera a cántaros sobre la ciudad: mientras mi pierna descansaba entre las tuyas, mis deseos pintaban el cielo de gris plomo y mis sentidos jugaban alucinados con el olor a tierra mojada. Imágenes desdibujadas de una infancia perdida desfilaban ante mis ojos.

Siempre me pasa: cuando amanezco a tu lado y la vida se suspende, cuando escucho tu voz en la mañana y sé que no es el eco lejano de un sueño, me pasa; me dan unas ganas terribles de secuestrarte cuando sé que partirás, mis ojos se impacientan frente al reloj y mi imaginación crea diez mil artimañas para detenerte. Under your skins feels like home.

Imagino cosas posibles y no tan posibles:

- Llueve tanto que la distancia hasta el metro debe ser cruzada en balsa.

- Suena el teléfono y piden que no abandonen sus hogares porque al otro lado de la ciudad cae un diluvio digno del Arca de Noé.

- Las llaves empiezan a empequeñecer o a agrandarse y es imposible abrir las puertas.

- El metro sufre de una falla eléctrica que impide el uso del sistema.

- Un profundo sueño cae de repente sobre nuestros parpados y al despertarnos faltan 30 minutos para la media noche….

Y así sigo, deteniendo en mi mente tu partida.

En La insoportable levedad del ser, Milan Kundera dice “ El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer…)" y realmente lo entiendo, lo considero absolutamente cierto. Y cuando mis brazos se desprenden de los tuyos y tu figura se pierde en la oscuridad, mi boca grita en silencio: STAY.