martes, noviembre 18, 2008

Manifiesto de mi absurdo

¡Basta! Basta ya de pensar en ti, de extrañarte, de sentir cualquier cosa por ti. ¡Basta! La invasión que lleva tu nombre agobia mis pensamientos, altera mi corazón.


No quiero llenar con música el vacío, no quiero dormir a ver si al despertar ya me he olvidado de todo. No quiero cometer los mismos errores que en el pasado cometí. Tampoco quiero disimular, ni mucho menos aparentar algo que no soy. Me niego a seguir un proceso absurdo de negación.


El asunto con el reconocimiento es que no importa que tanto admitas las cosas si nunca puedes salir de ellas. Quiero solucionar el conflicto que me han impuesto las hormonas, la falta de atención, la sonrisa, el abrazo, el gesto silencioso de alguien que se parece a mí. ¡No me interesa si pienso demasiado, me importa que padezco, que siento en demasía! Quizás eso de pensar haga que mi padecer, que mi sentir, se intensifique.


Estoy harta de la telenovela, de las malas interpretaciones, de buscar señales o signos donde no los hay, de querer tomar tu mano e imaginar su desplazamiento por mi ser, por mi cuerpo, por mi alma. ¿Cuál es el desespero por obtener un placer físico y espiritual que nunca antes había necesitado? ¿Por qué buscar distracciones cuando mi vida ya está llena de ellas? ¿Qué acaso no es suficiente con lo que pensé alguna vez que me enriquecía? ¿Dónde está escrito que tenías que gustarme así? ¿Cuándo empezó a sucederme esto?


¡Basta! ¡YA NO POR FAVOR! Cuando sonríes demasiado, cuando estás absolutamente feliz, sólo significa que alguien vendrá a darte un puñetazo y te borrará la sonrisa. Significa que a la larga vas a sufrir como un inocente condenado a la muerte, como un suicida condenado a la vida.


No quiero, no quiero, no quiero: volver a pasar por lo mismo, no quiero. Es preferible vivir sin una historia, quizás hasta sea mejor pasar por una sequía de ideas, de sensaciones; para mí todo termina en sufrimiento, en malestar, en culpa, en desamor. Las emociones humanas, no importa cuáles sean, siempre terminan doliendo.


Quiero dejar de tomar decisiones apresuradas, de sentir impulsos y dejarme llevar por ellos. Quiero inspirarme en otras personas y dejar de colocarme en cada minúscula partícula del puto texto. ¡BASTA! Quiero que el apocalipsis llegue, esconderme en una gaveta y despertar siendo una sonrisa de payaso dibujada en una hoja de papel.

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